LA MISMA DUNA
DUNE (2021)
Denis Villeneuve suele ser de esos pocos directores que aseguran un mínimo de calidad, y decir esto en los tiempos que corren es de un valor incalculable. Por eso, entre otras cosas, fui a ver su DUNE (parte 1), la mega producción con la que Hollywood quiere de una vez por todas, zanjar el desastre que supuso la fallida versión de Lynch en el 84.
Dos horas y media para contar únicamente, según me cuentan, la mitad del primer libro que completa una saga de seis. Sí amigos, cogiendo lápiz y papel, deberían estrenar 12 películas para cerrar el círculo. Tranquilidad, ya os digo que no creo que lleguen ni a la tercera.
Empecemos por lo bueno, que hay mucho. Lo que ya sabíamos: una fotografía espectacular llena de ocres y tonos pastel, unos actores que defienden sus papeles con solvencia, especial mención a una magnífica Rebecca Ferguson y a su protagonista Timothée Chalamet. Bardem, intachable, como siempre. El guión contiene más aciertos que errores, y eso que el libro es especialmente complejo de adaptar. El diseño de vestuario es impactante, hacía tiempo que no veía algo tan potente.
En contra: un montaje torpe, acelerado al principio. Una música decepcionante para venir de la persona que viene y el mayor y más dañino: su trama central. Si con esta película pensaban crear una nueva saga espacial con la que empezar a ganar dinero a espuertas, han fracasado estrepitosamente. No hay nada nuevo en esta película, nada que vender. El tema de la llegada del mesías, de la resistencia tribal planetaria, de los malos malísimos. Por favor, es más viejo que el sol. Hasta las secuencias de acción son decepcionantes. ¿Cómo es posible que no haya relaciones personales potentes en una historia como esta?. ¿En serio la historia de amor con Zendaya son 80 flashbacks a cámara lenta?.
Yo comprendo que hay que contar lo que está ya escrito, pero coño, ¿es que no hemos aprendido nada?. Si la peli de Lynch no se la tragaba ni el tiranosaurus rex de Spielberg, ¡cambiarlo, arriesgar!... o directamente, NO LA HAGÁIS OTRA VEZ. Coged los 150 millones y haced algo nuevo.
Por cierto, el abuelo del protagonista se supone que era torero, acojonante, ¿de verdad esta gilipollez aparece en los libros?. Es el año 10150 creo… lo siento, para entonces el toro bravo no creo que exista.
Esta DUNE es el clarísimo ejemplo del problemón de ideas propias que estamos sufriendo. Nadie pone un duro para ideas originales. Lástima, no me extraña que cada vez más gente tenga fe en la TV y no en las salas.