MÁS DE LO MISMO
Hasta el cielo (2020)
A petición popular, sonrisa maquiavélica de por medio, me piden que escriba sobre la última película que hemos presenciado. Imagino que, ansiosos por sangre, esperan impacientes mi opinión sobre una historia que me suscita más dudas que otra cosa.
Hasta el cielo es la última superproducción española que llega a los cines con aire de blockbuster. Cuenta la historia de un chico de barrio chungo que aspira a convertirse en algo más.. algo más rico, quiero decir. Para ello, decide adentrarse, casi por obligación, en el submundo de los alunizajes. Robos y trapicheos en los que salir pitando a toda hostia es más que aconsejable. Por su camino se cruzan dos mujeres, a una la ama, a la otra la necesita. ¿Moraleja?, la de siempre, nada nuevo. Me gustaría puntualizar que, de nuevo, el Cuerpo Nacional de Policía es presentado aquí como un grupo de incompetentes sin preparación, corrupto hasta la médula y en alguna que otra escena, directamente hasta gilipollas. Mensaje peligroso para todos esos ninis que resultan ser el target principal de este producto y que saldrán pensando que esto es jauja. Que sin dar un palo al agua se puede tener un M3, follar con tías de anuncio en yates que navegan por Ibiza y pasarlo de puta madre a base de robar unas cuantas joyerías en Serrano. Así, con dos cojones. Me sorprende, porque he leído que para esta película se sumergieron en ambas partes para documentarse bien...
Dirige Daniel Calparsoro, y lo hace con solvencia y oficio. Faltaría más, ha hecho la misma película ya 3 veces: ésta, Combustión y la que está rodando ahora mismo, Centauro. No me malinterpretéis, no tengo nada en su contra, simplemente echo en falta algo más arriesgado en su filmografía. También es verdad que no creo que haya demasiado donde elegir cuando trabajas por encargo para una gran cadena de televisión.
Como digo, técnicamente la película tiene pocos peros, quizá el único: la foto. El uso de lentes anamórficas es un desastre. Por todas partes hay unos desenfoques extrañísimos, y luego ese tufillo vintage y el uso de las luces altas que honestamente, no acabo de entender. Imagino que la idea era fusilar el último videoclip de Maluma baby o DJ Balvin pero, es que esto es una película, no le pega nada.
Miguel Herrán es el protagonista de la cinta. Vale, ese chaval no es mal actor, desprende además ese aire de vulnerabilidad que le va muy bien al personaje, el problema es que se han empeñado en que sea el baja bragas oficial del nuevo cine patrio, y lo siento, es que no lo compro. En Elite te funciona, porque allí se follaban todos con todos porque le daba la gana al guionista, pero aquí no. Lo mismo que tampoco me lo creo como amante de la Corberó en La casa de papel. Es Asia Ortega y sobre todo Carolina Yuste las que verdaderamente sacan las castañas del fuego al casting de la peli. Verdad por todas partes, a discreción. Lo del personaje de Luis Tosar, lo dejamos para otro día.
Me gusta mucho la música de Carlos Jean, le va bastante bien. Ya le funcionó la idea en Combustión, aquí ha hecho lo mismo pero ha añadido un poco de trap que es lo que se lleva.
Y poco más señores y señoras. Una cinta para sentarte, comerte unas palomitas, disfrutar de algunas secuencias y dejarte llevar por las mismas sin pensar demasiado en el puto Covid.