NO PUEDO MÁS
Todo a la vez en todas partes (2022)
Bueno, pues ahora sí que sí. Por fin acabó oficialmente, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, el año.
Como os podéis imaginar, no. No ha sido uno para tirar cohetes, ni mucho menos. Y eso que no han escatimado recursos en repetir por activa y por pasiva que así ha sido, al menos en España; una hornada ésta de la que solo salvo Modelo 77, y con muchas reticencias.
Al otro lado del charco, la cosa ha ido mucho peor: para los yanquis la mejor película del año ha sido “Todo a la vez en todas partes” de Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Creo que aguanté una hora y ya no pude más. Reconozco su estilo y también algunas actuaciones, como la de Jamie Lee Curtis que me hizo gracia, pero la película es un auténtico disparate. El personaje de Ke Huy Quan, nuestro admirado Tapón en Indiana Jones, se pasa media película tratando de explicar la misma a su pareja. Ella no le entiende un carajo y lo peor, el espectador tampoco. Pero es que cuando te dices a ti mismo: a ver, da igual, voy simplemente a disfrutarla, es imposible. Se trata de una concatenación de estupideces una tras otra a cual más gorda. Y piensas: ¿pero cuál es el target de una película como esta?, ¿acaso soy yo?, que me hago mayor…
Que quede claro, esta película ha ganado 7 Oscars, los mismos que El Golpe, los mismos que La lista de Schindler… a mi es que se me caería la cara de vergüenza.
También es verdad que el resto en competición no daba para más. Spielberg y sus Fabelmans son otro fracaso. El mejor director de cine del mundo vuelve a ponerse el babi y nos narra un cuento para niños a través de su propia vida. Ni me creo sus personajes, ni me gusta su tempo, ni me gusta nada de nada. Me salí de la sala con dolor de cabeza y lo más triste, de corazón.
Sin novedad en el frente de Edward Berger es una película que cuando la vi en Netflix me dije: ¿por qué coño no la han estrenado en cines?, se habría disfrutado mucho más. Como buena cinta alemana peca al dilatar algunas secuencias, pero la salva gracias a su despliegue visual presentando lo que fue la primera guerra mundial: está hecha como Dios. Su Oscar a la fotografía es de los pocos que comparto en esta ceremonia.
Realmente me jode porque, sí, había una buena peli: TAR de Todd Field. Una película hecha por adultos para gente adulta, que no muestra dedos en forma de salchichas ni nos toma por analfabetos. Pero tal y como vino se fue; ninguneada por la Academia. Es así. El adoctrinamiento para las nuevas generaciones es ya demasiado peligroso. Marvel y metaverso SÍ, películas intimistas y con mensaje: NO. O acaso, ¿ asistimos a la definitiva deriva audiovisual liderada por Tiktokers e instagramers?
No he visto La ballena, ni Ellas hablan, y ni de coña me trago Almas en pena de Inisherin. ¿Alguien ha sufrido El triángulo de la tristeza?. Lo de Cannes es ya para que se lo miren…
¡Lástima!, seguiremos viviendo del pasado, hasta que lleguen mejores tiempos…