Chicles con súper poderes
Batman y Superman
Ahora que a Hollywood se le acaba el rédito, o no, con tanto súper hombre y tanta mega heroína, me paro a pensar cómo ha evolucionado el cine de súper héroes todos estos años y, honestamente, me amarga y entristece de un modo casi infantil, descontrolado.
El Superman de Richard Donner es el primer recuerdo que tengo de un comic volando majestuoso hasta la gran pantalla. No está nada mal como primitiva visión, la verdad.
Es una película que, a pesar de todos sus errores: guión penosamente cerrado, secundarios prescindibles... funcionaba medianamente bien; Nunca fui un enamorado de Christopher Reeve, viendo a sus sucesores años después, pues qué queréis que os diga, hasta le echo de menos. Marlon Brando y, por encima del resto, Gene Hackman, completaron un reparto con momentos memorables. Nada que añadir sobre la ya imperecedera música de John Williams, venerable maestro de maestros en el momento álgido de su carrera. Permitidme no hacer mención a las siguientes secuelas por vergüenza torera, mis disculpas.
Mi siguiente recuerdo fue ya en los noventa, cuando el niño prodigio con pelos de loco se ponía a disposición de la Warner para rodar el primer Batman, el de Nicholson. Sí, lo siento por el resto del cast, pero esa película es él. Bueno, él y la maravillosa partitura de Danny Elfman, que debió llevarse un Oscar como una casa de grande. Vale, tampoco es una película redonda, y algunas secuencias son remiendos demasiado evidentes pero, ¿qué más da?... quien no se estremeciera viendo al Batmóvil recorrer a toda velocidad la arboleda gótica e imposible de Burton mientras suena el tema 10 a todo trapo...no entiende de cine. Punto.
Entrados en este siglo, Christopher Nolan hizo el más difícil todavía: convirtió su Batman en una cinta imprescindible y fabulosa. Permitidme el símil: decía Xavi Hernández que quien quisiera compararse a Messi saldría irremediablemente reflejado...para mal. Pues lo mismo pasa con su Caballero Oscuro, no hay nada en la tierra que iguale su calidad cinematográfica. Y mira que lo han intentado, hablen si no con Zack Snyder.
Tras el más difícil todavía llegó la temida tempestad; a saber, la churrera de Hollywood, embriagada de éxito, se puso manos a la obra y nos ha ofrecido hasta la fecha 300 secuelas con todo tipo de personajes y bandas: la patrulla X, Spiderman, Hulk, Los Vengadores...han ofertado tanto que han saturado el mercado con sus productos, hasta tal punto que los primeros espadas de la industria empiezan ya a desmarcarse de estas películas-tipo que, aburren, espantan y machacan los 5 sentidos del humano espectador, cada vez más harto de señores y señoritas en mallas con extraordinarias habilidades.
Señores de Hollywood, cuando se estira tanto el chicle hay un momento en que se rompe...puede que los números no engañen y que el pan de unos cientos de miles de currantes dependan de este tipo de cintas, como ocurrió en su día con los westerns o las comedias románticas...pero ya está bien, es inaguantable.
No, no voy a meter en el saco la saga galáctica más famosa de la historia...eso, es otra historia.